jueves, 20 de junio de 2013

El Cetro Mágico

El Cetro mágico, cuento fantástico, primeras dos páginas.

Aquí les dejo las primeras dos páginas de mi cuento "El Cetro Mágico" para que lo lean y dejen su opinión. Si quiere descargar el cuento completo, vaya a: http://www.amazon.com/El-Cetro-M%C3%A1gico-Spanish-Edition/dp/1489592423/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1371770621&sr=8-1&keywords=el+cetro+m%C3%A1gico


H
abía una vez, en un pequeño pueblo mágico llamado Populus, una niña muy especial. Tenía ocho años, era pelirroja, su cara estaba cubierta por numerosas pecas y usaba ropa vieja y rota. Su nombre era Griselda.
     Ella vivía junto con su mamá en una vieja cabaña, nadie la quería, puesto que decían que era rara, muy rara. Siempre vestía ropa sucia, sus uñas estaban llenas de tierra, tenía las rodillas cortadas, juntaba animalitos e insectos del suelo y los guardaba en sus bolsillos.
     Su padre la abandonó cuando era pequeña, apenas tenía tres años. Ella no sabía por qué lo había hecho, pero suponía que era por ser extraña.
     Lo que nadie sabía de esta niña, es que poseía algunos dones y poderes mágicos.
     Un día se dirigía hacia la escuela, cuando una niña rubia se le apareció en su camino. Esta jovencita usaba un vestido rosa cubierto por algunos diamantes y rubíes, tenía anillos de oro y plata en sus manos y un collar de perlas que le había regalado su madre.   Se llamaba Florencia y era la chica más rica del pueblo. Nunca salía sola a las calles, iba siempre acompañada de su mejor amiga, Agustina. A decir verdad, parecía más su sirviente que su amiga, pues siempre la estaba mandando e insultando.
-      Agustina, mira a quién encontré – dijo Florencia, mirando de reojo a Griselda.
-      ¡Uh! ¿Qué te pasó? ¿Qué son esos puntitos marrones en tu cara? ¿Acaso las moscas te hicieron popó? – se burló Agustina.
     Griselda intentó evitarlas pasando por un costado de ellas, pero Florencia la tomó de un brazo y la arrojó hacia un charco de lodo que dejó la lluvia el día anterior. Para su desgracia, el lodo salpicó y ensució todo su vestido.
-      ¡Mi vestido nuevo! – se quejó Florencia –. Ven Agustina vamos a cambiarnos. 

¿Lo disfruto?
Pronto la versión en inglés en Amazon.com

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